viernes, 20 de noviembre de 2015

Cherish-me.

Hoy en día es muy difícil confiar en alguien, y es mucho más difícil cuando ese alguien vive del otro lado del mundo, no habla tu idioma y jamás lo has visto.
Afortunadamente para nosotros, tuvimos la oportunidad de conocer a alguien único en el mundo swinger, y en realidad decimos único porque le abrió las puertas de su casa a un par extranjeros desconocidos, se tomó el tiempo de llevarlos a pasear por su ciudad y además fue un excelente anfitrión siendo una “chica sola” en el medio Swinger.

Cuando apenas comenzábamos a descubrir este ambiente liberal se nos presentó la oportunidad de viajar a Holanda, un destino perfecto para hacer realidad más de una de nuestras fantasías. Si bien éramos bastante nuevos en el medio en ese momento, siempre hemos sido muy decididos y aventados.

Una de las primeras cosas que hicimos fue buscar contactos en Ámsterdam y sus cercanías, mediante la comunidad web de SDC. Nuestra idea era primero establecer una relación inicial (virtual), buscando encontrar química para posteriormente proponer el conocernos en persona mientras visitábamos su país. Además, de esta manera, podíamos obtener valiosas recomendaciones de lugares a visitar… liberales obviamente.
Una de nuestras fantasías y deseos recurrentes son los tríos MHM, y por ello nos dimos a la tarea de buscar y  contactar a algunos “unicornios” holandeses.
Para nuestra sorpresa un buen número de chicas contestó, algunas no interesadas y algunas otras con las cuales no coincidíamos en fechas, o al menos eso nos dijeron.

Dentro de todas las personas con las que hablamos hubo un par de chicas con las que creamos una verdadera conexión. Una de ellas fue una atractiva chica que vivía en la capital Holandesa Den Haag, o “La Haya”.
Por respeto a su privacidad no vamos a mencionar su nombre, sólo la nombraremos como Cherish-me, un seudónimo que a ella le gusta usar.
Al enterarnos de que ella suele visitar Ámsterdam regularmente y que con los trenes de alta velocidad las distancias en Holanda son prácticamente cortas (en relación con nuestro país), la invitamos a pasar un par de días con nosotros en Ámsterdam, a lo ella contestó: “Háblenme cuando estén en Ámsterdam y nos ponemos de acuerdo”.
Nosotros tradujimos esa frase como: “No creo que nos vayamos a ver pero de cualquier manera háblenme”
<< Algo nos dice que no la vamos a conocer. >>

El segundo día que estuvimos en Amsterdam, Arianne llamó al número telefónico que Cherish-me nos había proporcionado. Sonó una vez, dos veces y al tercer tono contestó. Parecía estar en una fiesta ya que se escuchaba mucho ruido y música de fondo en la línea.
Sorprendentemente ella nos invitó a visitarla, así tendría la oportunidad de enseñarnos su ciudad y además nos recibiría en su departamento.

La propuesta nos pareció bastante rara. ¿Cómo era posible que un “unicornio” se atreviera a invitar a un par de desconocidos a dormir a su casa?
<<¿Será acaso una secuestradora? ¿Nos estaría invitando para robar nuestros órganos? ¿O será acaso una chica de buen corazón?>>
Después de pensarlo un poco decidimos aceptar la propuesta e ir a visitarla. A final de cuentas no sabíamos cuando íbamos a regresar a Holanda para vivir este tipo de experiencias, la vida es corta y estábamos dispuestos a vivirla.


Llegó el día y salimos a tomar el tren de la estación Norte de Ámsterdam a Den Haag. El viaje fue corto, menos de una 1 hora.
No podemos negar que durante el trayecto estábamos algo nerviosos, no sabíamos que esperar a nuestra llegada, ni qué clase de persona podía ser Cherish-me en realidad… todo esto a pesar de que a través de internet parecía una chica dulce.
A nuestro arribo nos encontramos con una atractiva chica de unos 35-37 años, cabello castaño y de aproximadamente 1.70 mts de estatura. Exactamente como se mostraba en su perfil de SDC.

Inmediatamente nos identificó en el andén y nos saludó con un fuerte abrazo. Nos llevó hasta su carro y de ahí partimos a su departamento para así poder dejar nuestro equipaje y empezar nuestro tour por la ciudad… un tour que tendría “final feliz”.
Cuando llegamos al departamento nos encontramos con un lugar pequeño pero muy bien decorado. Para nuestra bienvenida se había tomado la molestia de preparar unos “Poffertjes”, que son básicamente unos mini pancakes espolvoreados con algún tipo de azúcar glass.
<< Hasta el momento todo está excediendo nuestras expectativas. >>

Hicimos una rápida pausa para tomar nuestro muy holandés refrigerio, con una taza de té. Después iniciamos nuestro recorrido por la ciudad.
Visitamos los lugares más representativos como: Biennehof, también conocida como el salón de los caballeros, la zona moderna de la ciudad (donde se encuentran los ministerios de Holanda), algunas de las plazuelas más típicas del lugar y comimos a la orilla de la playa.
Como anécdota simpática, ese día era cumpleaños del papá de Arianne y al llamarle para felicitarlo, Cherish-me se ofreció a cantarle el “Happy Birthday” en Neerlandés.
Finalmente y poco antes de regresar a su departamento, visitamos de manera muy rápida el palacio de la paz, donde se encuentra la corte internacional de justicia.

Mientras conocíamos la ciudad, tuvimos la oportunidad de conocerla mejor. Nos contó, ya en confianza, que dudó en hacernos el tipo de invitación que nos hizo y abrirnos las puertas de su casa ya que tenía los mismos tipos de cuestionamientos que nosotros teníamos sobre ella.
Hablamos sobre las vicisitudes que se tienen al llevar una vida liberal en Holanda y las dificultades que se tienen al no poder compartir esta parte de tu vida con tus amigos de toda la vida y con la familia.
De acuerdo a lo que conversamos, los problemas que vivimos las parejas liberas aquí en México, a más de 9,000 kilómetros de distancia, son exactamente los mismos que se viven en Holanda.

Fue de verdad muy interesante hablar con ella e intercambiar vivencias y experiencias. Valoramos mucho el llegar a conocerla. No todos los días se tiene la oportunidad de hablar con una persona como ella.

Después de las visitas turísticas algo más apremiante nos esperaba. El atardecer empezaba a cubrir la ciudad y la noche invitaba a terminar el recorrido turístico para empezar a recorrer nuestros cuerpos.
Llegamos de regreso a su departamento. Tomamos un baño, desafortunadamente por separado.
Cuando Alex terminaba de tomar su regaderazo, escuchó que una música suave envolvía la sala del departamento. Al llegar se encontró a Arianne y Cherish-me hablando entusiasmadamente sentadas en el sillón. Él quiso incorporarse a la conversación hasta que se dio cuenta que las palabras empezaban a sobrar.
Cherish-me empezó a quejarse coquetamente de un dolor de cuello, probablemente inexistente, el cual Arianne se ofreció amablemente a curar.
Unos segundo después, el masaje se convirtió en besos, los besos se convirtieron en una guerra de roces y poco después la ropa ya estorbaba.
Acondicionamos una cama improvisada con un colchón y unas telas justo al lado del salón, y los tres nos perdimos entre esas sábanas blancas.
Ella-ella, ella-él, él-ella, nosotros-ella, las variantes fueron interminables durante buena parte de la noche. Todos disfrutamos de nuestros cuerpos. Besamos, acariciamos, reímos, sudamos. Una experiencia completa, digna de cualquier fantasía.
Cherish-me tiene un cuerpo muy bello, aunque no tan bien modelado como el de Arianne, sus senos y sus caderas invitaban a tocarla, así lo hicimos.
La perfección del cuerpo de Arianne hizo el pletórico el momento, Cherish-me conocía nuestros cuerpos por fotografía, pero en persona los pechos y las piernas de Arianne impresionan hasta a la persona más exigente.
Contemplar los senos de Arianne y Cherish-me frotandose unos con los otros fue embriagante. Dos cuerpos tan hermosos no deberían separarse nunca.
<< ¿Podríamos aplicar a la ciudadanía Holandesa y quedarnos a vivir aquí para siempre? >>

Desafortunadamente la noche tenía que terminar y nosotros debíamos regresar a Ámsterdam temprano el día siguiente.
Fuimos a dormir las pocas horas que quedaban de noche.

En la mañana siguiente Cherish-me, amablemente, nos llevó  a la estación de tren. Nos despidió con un  fuerte abrazo y gran beso en los labios que llamó la atención de más de uno en los andenes.
La invitamos una vez más a visitar nuestro país, especialmente Guadalajara, donde por su puesto tendrá un lugar donde hospedarse en cualquier momento que ella decida visitarnos.


Subimos al tren, y con una mirada cómplice nos sonreímos. Vaya cantidad de aventuras habíamos vivido, en el que ahora lo contamos como uno nuestros países favoritos.


                                                                                  * Foto autorizada por Cherish-me.


AyA.

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